Migrante hondureño fue secuestrado y herido al intentar escapar en México
- Red Global
- 4 abr
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Actualizado: 11 abr

Con estropiado "sueño americano" regresan miles de niños deportados a Honduras.
Alrededor de 107 mil infantes hondureños fueron deportados en los últimos seis años, a esto se suman 8,000 migrantes retornados durante el primer trimestre de 2025, según datos oficiales del Instituto Nacional de Migración.
Tegucigalpa, Honduras.- Era una madrugada fría del 11 de abril de 2019, el silencio de la soledad arropaba la calle de la colonia El Pedregal de Tegucigalpa, mientras de su casa, Diego Sierra salía con una pequeña mochila llena de sueños rumbo a San Pedro Sula, lugar donde iniciaría su travesía hacia el “Sueño Americano”.
Desde la ciudad industrial, Diego partió hacia Guatemala para reunirse con un “coyote”. En el camino, además de enfrentar extorsión por parte de las autoridades guatemaltemas, pasó hambre, sed y frío. Tras varios días llegó a México, donde conoció a cuatro “soñadores” más, con quienes afrontaria un secuestro en territorio Azteca.
Miedo y escape
El autobús en el que viajaban los migrantes fue interceptado por secuestradores, quienes los llevaron hasta un lugar desconocido y posteriormente les informaron, que, para ser liberados, tenían que pagar. De un momento a otro, tras dos semanas privados de su libertad, la angustia se volvió terror: Diego junto a otras víctimas vieron como desmembraron y terminaron con la vida de un migrante.
Ese día tomaron una decisión: revelarse y desarmar a uno de los secuestradores para escapar. El intentó resultó, pero no como lo esperaban, durante el escape, el menor sufrió una herida de bala, lo que lo llevó a un hospital de Zacateca, México, y que terminó con su deportación.
Con solo 16 años, Diego vivió lo que muchos migrantes hondureños enfrentan: secuestro, violencia, extorsión y deportación. Su historia refleja los constantes riesgos y peligros de quienes buscan un mejor futuro en condiciones adversas.
Así como Diego, muchos pequeños, en el primer trimestre de 2025, han buscado la ruta del sueño americano. La Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) logró atender a más de 8,000 niños en puntos fronterizos del país y, en los últimos seis años (2019-2024), los pequeños atendidos son más de 107 mil (38,287 niñas y 69,551 niños), según datos oficiales del Instituto Nacional de Migración (INM).

México y Estados Unidos, son los dos países con mayor número de retornados migrantes a Honduras.
Para este tipo de casos de secuestro y situaciones difíciles que se exponen los niños, dentro del Centro de atención para niñez y familias migrantes (CAM-R Belén), hay un equipo de reintegración que brinda asistencia médica y psicológica de forma obligatoria, para una mejor readaptación integral a la sociedad, explicó la coordinadora Shaira Cabrera.
Municipios con más incidencias
Según datos obtenidos de la página del Tablero Estadístico Dinámico de Atención a personas Migrantes Retornadas de Sedesol, los municipios que reportan más menores deportados son: el Distrito Central, San Pedro Sula, La Ceiba, Danlí y El Progreso.

Análisis: Entre más osculo el color azul, mayor es la cantidad de personas deportadas por departamento.
Cortés y Francisco Morazán son los departamentos con mayor incidencia de deportación.
El mismo portal establece que alrededor de 5,450 (7.96%) infantes, que viajan de manera ilegal al extranjero, son acompañados por uno de sus familiares, mientras que 1,298 de estos viajan solos (1.90%); del restante (90.14%) no existe ningún dato.
Del total anterior, los departamentos de Cortés y Francisco Morazán es donde el mayor número de migrantes llegan deportados, por lo tanto, son las regiones que cuentan con más centros asistenciales a menores en el país.
El departamento de Cortés, cuenta con 3 centros de asistentes a menores migrantes, es la vía con mayor saturación de recepción de pequeños al momento de su deportación, el más importante es el Centro de atención para niñez y familias migrantes – Belén (CAM-R Belén) ubicado en San Pedro Sula.
El centro CAM-R Belén brinda los servicios de alimentación, proceso migratorio con sistema biométrico, captura los datos para la ficha de registro y una vez se localiza a sus familiares, se transporta hasta sus lugares de origen, por otra parte, brinda atención médica, psicológica, vestuario y alojamiento a los menores. Igualmente realiza una atención especializada para los infantes desplazados por violencia.
Deportación y retorno: ¿Qué pasa al regresar?
Cuando un menor deportado llega acompañado de un familiar el proceso es sencillo, se verifican los datos de ambos en la plataforma del Registro Nacional de las Personas (RNP) y se continúa con el tramite migratorio normal. Pero, si el niño viaja solo, el protocolo cambia, primero se llena una ficha técnica y luego el menor queda bajo la custodia del senaf.
La institución de gobierno comienza una búsqueda exhaustiva de los familiares para entregar al infante, de no tener éxito, pasan a formar parte de la institucionalidad, recibiendo los cuidados de salud, educación y reintegración social por medio de los centros regionales del senaf, que cuidan de ellos hasta que cumplan la mayoría de edad y puedan llevar una vida normal.
La mayoría de menores deportados regresan al país vía aérea, siendo el aeropuerto Ramón Villeda Morales el principal punto de ingreso, con un total de 38, 556 infantes. Por otro lado, el punto fronterizo de Corinto es el de mayor incidencia para el ingreso de niños migrantes vía terrestre, registrando en los últimos seis años un total de 27, 423 menores de edad, según el portal de sedesol.

Datos oficiales de la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno de la República (Sedesol).
Consecuencia social en los menores retornados

La reintegración escolar y social sigue siendo uno de los mayores desafíos que enfrentan al volver al país.
La deportación de los menores de edad, tiene un fuerte impacto emocional y psicológico. Muchos enfrentan ansiedad, depresión y altos niveles de estrés al ser separados de sus padres o cuidadores. A esto se suma la frustración de haber dejado atrás un país de destino, donde esperaban reencontrarse con familiares, continuar sus estudios o encontrar protección y empleo, destacan algunos expertos.
“Los niños experimentan sentimientos de fracaso, rechazo, regresan a un entorno o una comunidad en donde son señalados y requieren una atención psicológica para detectar un sin número de vulnerabilidades o necesidades, posteriormente, son atendidos por los trabajadores sociales bajo una gestión de casos que brindan diferentes servicios”, destacó la trabajadora social, Alejandra Aguilar.
Las estadísticas destacan el alto índice de retorno de deportación de menores de edad al país, con historias impactantes como la de Diego Sierra, que, siguiendo el “sueño americano” terminó con una cicatriz que marcó de forma negativa su vida, por lo cual, el gobierno hondureño debe interesarse en mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos para reducir la migración a otras naciones.
Resumen del reportaje







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